Publié le 17/02/2015

Alice EKMAN

¿Qué tienen en común el trayecto de tren más largo del mundo, el puerto del Pireo y un centro logístico en Kazajistán? ¿O Duisburgo, en Alemania, las islas Maldivas y Gwadar, en Pakistán? La respuesta es China. Todos forman parte del ambicioso concepto que Pekín ha convertido en una de las grandes prioridades de su política exterior: la formación de extensas redes de transporte, comunicaciones e infraestructuras que partan de China y, por vía terrestre y marítima, lleguen a Europa.